Historia

Temuco, hacia fines del siglo XIX, era un próspero poblado de colonos y pioneros. Recientemente se había aprobado el plano de la ciudad que constaba de 77 manzanas de 8 sitios de 50 por 25 metros cada uno, que la convertían en la más desarrollada de la Región de la Frontera. Sus principales actividades se desenvolvían en la agricultura y la madera, además existía una importante ganadería, pequeñas industrias y un floreciente comercio. Pero un grave problema se presentaba por los siniestros ocurridos con mucha frecuencia, y es aquí donde se hizo notar la necesidad de contar cuanto antes con una institución contra incendios, capaz de prestar servicio efectivo cuando apareciera el voraz elemento.

Es así como en reunión del día 29 de julio, presidida por el Director Sr. Emilio Puga, y la asistencia de los Oficiales Señores Leoncio Rivera, Santiago Carberry, Carlos Navarro, Ángel Custodio Magallanes, Aníbal Pinto Concha y de los voluntarios Ejidio Gómez, Juan Cabrera, José Luis Alarcón, José del Carmen Alvarado, Ramón Moraga, Enrique Reyé, Julio Hernández, Alfonso Taito, Medardo de la Fuente, Lamberto Jarpa y el secretario Osvaldo Bustos, se acordó fijar el 23 de julio de 1900 como fecha de la fundación de la Segunda Compañía de Bomberos, que en sus comienzos fue destinada a labores de rescate de enseres, conocida con el nombre de “Salvadores y Guardias de Propiedad”. Para cumplir con esta tarea se contaba con un carro, una lona deslizadora, un colchón, estacas de fierro, ganchos de incendio, una camilla, palas, combos, vientos, sacos de salvamento y barretillas.

Nuestro primer cuartel estaba ubicado en la calle Vicuña Mackenna, entre Antonio Varas y Claro Solar, lugar compartido con la Primera Compañía. El 29 de julio de 1906 se inaugura el Cuartel General en un sitio cedido por el Intendente de la época Don David Perry, que albergó a las tres compañías existentes.

El 7 de marzo de 1949 a las 00:55 horas. se declaró un incendio en la intersección de las calles León Gallo y General Mackenna, concurriendo al lugar la Primera, Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta Compañías. Dentro de los voluntarios que acudieron a atacar el siniestro se encontraba el Bombero Sócrates Leiva Cabezas, quien se convirtió en el tercer mártir de nuestra Institución y el primero de nuestra Compañía.

Un hito importante en nuestra Compañía fue la adquisición del primer carro con bomba, manguerín y estanque del Cuerpo de Bomberos de Temuco, Ford K, el cual fue inaugurado el día 27 de diciembre de 1955, y que en la actualidad se encuentra restaurado y conservado como reliquia.

En 1965 se construyó el edificio que actualmente alberga a la Segunda Compañía de Bomberos, que está ubicado en la calle M. Bulnes N° 0135, a los pies del Cerro Ñielol. De la mano con el traslado se crea el servicio de Guardia Nocturna, siendo una de las primeras de las Compañías de Temuco en implementar esta modalidad.

Producto de los avances científicos y tecnológicos, y de los estándares de una calidad de vida más exigente, el desarrollo de los países ha llevado a la introducción en los procesos industriales y actividades habituales una variedad de elementos en cuya composición se encuentran materiales que en condiciones especiales se pueden convertir en riesgos de alta complejidad. Es por esto que los voluntarios de la Segunda Compañía presentaron un proyecto ante el Honorable Directorio General de la Institución que les entregara la responsabilidad de especializarse en estas nuevas materias. Dicho proyecto tuvo muy buena aceptación entre las autoridades bomberiles, y es así que el 30 de marzo de 1995 nuestra Compañía asumió la especialidad de Control y Manejo de Materiales Peligrosos (HAZMAT). Esto llevó a asumir una nueva y desconocida etapa en la vida de los voluntarios, dando paso a academias, charlas, cursos, seminarios, congresos y todo lo que sirva para la capacitación en la especialidad, lo que incluyó traspasar los conocimientos a otras instituciones y voluntarios de otros Cuerpos de Bomberos.

La Segunda Compañía también fue pionera en la incorporación de mujeres voluntarias en el año 1997, dando paso a que otras compañías lo imitaran.

En la actualidad, cada integrante de nuestra Compañía continúa con el legado de nuestros fundadores, velando por la seguridad y tranquilidad de la comunidad, entregando tiempo, lo mejor de sí y arriesgando su vida bajo el lema “Yo Sirvo”.