En la madrugada del lunes 7 de marzo de 1949, estalla un incendio en las esquinas de calles General Mackenna y León Gallo de Temuco.
Acuden las primeras cinco compañías del Cuerpo de Bomberos. Es una noche con un fuerte temporal de viento, lo que dificulta enormemente el trabajo de los bomberos, permitiendo que el fuego se expandiera por todo el inmueble consumiendo el local casi por completo.
Fue un arduo trabajo por parte de todas las compañías, en especial de la Primera y Segunda, que se dedicaron al salvamento.
Entre los voluntarios de la Segunda se encontraba el bombero Sócrates Leiva Cabezas, a quien se le ve entrar y salir varias veces del edificio, tratando de salvar la mayor cantidad de pertenencias posibles de los afectados.
Al percatarse el comandante Manuel Fernández de que el edificio podría colapsar y derrumbarse en cualquier momento, da la orden de desalojar el inmueble. En ese instante, el voluntario Leiva ingresaba nuevamente a la casa.
Alrededor de las 7 de la mañana, el oficial de guardia de la Segunda Comisaría de Carabineros, avisa al comandante Fernández que entre los escombros y en horas de la madrugada, los policías que se encontraban en el lugar del siniestro, han encontrado un cuerpo carbonizado. Una hebilla de cinturón con el número dos y restos de una casaca de cuero indican que se trata de un nuevo mártir para el Cuerpo de Bomberos de Temuco.
El comandante Fernández, junto al Superintendente, al capitán de la 2° compañía y los familiares del voluntario, deben acudir a los trámites de rigor.
La identificación del cuerpo se logra a partir del reconocimiento de un zapato semiquemado, el que el comandante Fernández tuvo la oportunidad de distinguir cuando llegaba al incendio porque se notaban recién comprados y tenían una característica especial.
El reconocimiento digital no era posible por encontrarse con ambas manos severamente carbonizadas, así como la cara y la mayor parte del cuerpo.
La Segunda Compañía se fundó bajo el lema de “Salvadores y Guardianes de la Propiedad”. Este lema le quedó grabado en lo más hondo de su ser al ingresar a esta compañía el 30 de diciembre de 1942, después de servir en el Cuerpo de Bomberos de Nueva Imperial durante varios años.
El Cuerpo de Bomberos de Temuco enluta por tercera vez su estandarte y tras una rigurosa y protocolar formación general de la Institución, se procede a despedir los restos del mártir Sócrates Leiva Cabezas.
Bombero mártir Sócrates Leiva Cabezas, siempre presente en la memoria de la Segunda Compañía…